miércoles, 3 de julio de 2013

Ética y Moral, Factores en Déficit en el Ejercicio de la Comunicación.

Por: Naqueiry Suero
@Naqueiry

La moral y la ética son los principales factores que determinan el nivel de profesionalidad de una persona. En los medios de comunicación, estos valores son el eje primordial en los trabajos realizados, ya que a través de ellos se captura la atención de los diferentes públicos.
El periodismo debe estar fundamentado en la verdad, para difundirla sin necesidad de manipular la información. Si no se tiene la información veraz, mejor no difundirla y mucho menos dar la información de manera exagerada con la intención de captar públicos.



Es mejor “Perder una exclusiva”, que luego de ésta ser publicada, tener que retractarse. Los comunicadores a través de los medios, tienen en sus manos herramientas que ayudarán a la construcción de una sociedad dominicana mejor.
Son el ente propulsor de la información con la capacidad de sosegar situaciones o de generar controversias públicas mediante lo publicado; es por eso que la verdad en el ejercicio del periodismo, trae consigo el respeto de las personas.
Como institución emisora del mensaje, los medios de comunicación transmiten el ideal ético y moral del periodista, dan a conocer toda la verdad sobre un hecho sociable para forjar en el ciudadano una conciencia crítica sobre un determinado tema.



Si bien es cierto, los medios de comunicación crean modos, hábitos, tendencias, gustos y por la gran influencia que poseen en las personas, son llamados “EL CUARTO PODER”, por tal razón no están exentos de la corrupción, debido a que están más propensos a tratar de manipular la forma de pensar y difundir la noticia.
En la sociedad dominicana la corrupción es un mal que ha ido poco a poco insertándose y avanzando, por ende, es imposible declarar como totalmente exentos de este mal a los medios de comunicación. En la actualidad han sido muchos los cuestionamientos a la credibilidad de los mismos; un aspecto ineludible en esta coyuntura que vive la humanidad.
El ejercicio del periodismo debe estar siempre basado en la verdad, sin las manipulaciones no que nos venden a través de artículos o libros variopintos, que hablan de una ética y moral que sus autores no están en capacidad de sustentar con los hechos.
La desfachatez y el desparpajo que evidencian algunos voceros de medios, está a vista y oídos de todos: ponemos como ejemplo el medio de comunicación radial, para darnos cuenta de que existe inclinación del medio por un determinado tema, debido al tipo de lenguaje con que se expresan algunos.
Por ejemplo, cuando reciben llamadas telefónicas de personas que abordan una temática contraria a del medio; de inmediato reaccionan “sacándola del aire”.
¿Por qué será? ¿Dónde queda el respeto a la ley 6132, sobre la expresión y difusión del pensamiento? ¿O será que el comentario realizado no se corresponde con los intereses particulares que defienden, por lo que no les conviene que ciertas cosas salgan a la luz pública?

Es inaceptable que estas brechas en los medios de comunicación y en el ejercicio del periodismo, sigan existiendo, no debemos seguir permitiendo que todas estas situaciones que se dan, sigan afectando nuestro trabajo.
Está en nosotros mismo los comunicadores, hacer un cambio radical en nuestro medio; tenemos las herramientas, las fuerzas y sobre todo la profesionalidad y capacidad de generar cambios en las mentes de las personas que consideran que los medios están tomados por la corrupción.
Si bien es cierto que falta ética y moral en los medios, mas cierto es que este déficit no es la regla, sino la excepción, en una actividad donde brillan por su ejercicio verdaderos ejemplos de entereza y apego por la verdad.



Somos partícipes de que para que en los medios haya un cambio, debemos forjarnos en realizar un trabajo impecable, donde la corrupción, donde exista, no “debemos taparla”, para que no llegue alcanzarnos, y si nos alcanza, que sepamos darle una respuesta al colocar nuestro trabajo ético en primer lugar.
El bajo salario, pocos beneficios, el exigirle a los periodistas un mejor desempeño, sin la debida recompensa, pueden ser situaciones que empujen a los comunicadores a cometer acciones anti-éticas en su desempeño, olvidando al final de todo, que la verdad sale a la luz.
Se impone pues, que sepamos que el trabajo con profesionalidad, y sobre todo, con el debido respeto por uno mismo, al final tiene las recompensas que otorga la satisfacción del deber cumplido, con ética y apegó a la verdad, dirigido a la consumación del bien común.
Los lectores, oyentes, televidentes premian a los comunicadores que son responsables al emitir sus opiniones; valoran los escritos que se ciñen a la objetividad; el comunicador que sabe que tendrá “seguidores”, por su ejercicio diario redactando sus notas apegadas a la verdad de los hechos.
El comunicador que siempre habla con la verdad, ejerce su profesión con integridad, y sobre todo, coloca en primer lugar su profesionalidad de cara a una opinión pública que se orienta por el peso de sus opiniones.
Seamos diferentes, seamos comunicadores que informemos, no que desinformemos, seamos capaces de decir no a la CORRUPCIÓN, y si a la realización de un trabajo ÉTICO.